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Cake de Frambuesas & Café Montado

24 Oct

Un dulce retorno.

Hay personas que tienen el don de hacer ver a  otros lo que por sí mismos no pueden ver; son como una luciérnaga en mitad de un sendero (vacío o tupido según nuestro ánimo) y alumbran  aquello por lo que vale la pena perderse  y hacer sacrificios, aquello por lo que gritamos  cada mañana  pero en silencio porque tememos despertar al vecino. Es lo mismo que forma parte de lo más etéreo que hay en cada uno de nosotros y que se pierde y da vueltas porque aún no posee ni lugar, ni olor, ni color. Pero cualquier cosa puede llegar a darle vida, y son precisamente esas personas de las que hablaba al principio, las que lejos de nuestro entendimiento, logran darle un nombre, un propósito, y de este modo insuflarnos vida. Una vez más.

Estos días son algo turbulentos, hay contradicciones en la almohada, en el armario, en mis libros… En todas partes. Pero hay algo que es perenne: que me gusta cocinar y que adoro los frutos del bosque. Adoro sus colores vivos, sus formas simples, sus sabores entre dulce y ácido, su sencillez, su belleza… No es sólo que me pongan de buen humor, es que me embriagan de felicidad. Es por eso que a través de este Cake de Frambuesas he encontrado la mejor manera de reflejar el entusiasmo que estos días llevo dentro. Entusiasmo que, si bien es cierto se debate entre miedo y  dudas, no deja de ser  eso, entusiasmo.

Cake de Frambuesas

Ingredientes:

  • 325 g de harina
  • 125 g mantequilla ablandada
  • 50 g azúcar
  • 3 huevos
  • 1 sobre levadura química
  • 100 g pasas
  • 3 cucharadas soperas de ron
  • 250 g frambuesas (si no encontrais frescas pueden ser congeladas)
  • azúcar glasé

Preparación:

Ponemos a macerar las pasas en el ron, y mientras batimos en un cuenco los huevos con el azúcar. Añadimos la mantequilla y luego la mitad de la harina mezclada con la levadura. Mezclamos todo bien.

Añadimos las pasas y el resto de la harina y seguimos mezclando hasta tener una pasta suave. Añadimos los 2/3 de las frambuesas e intentamos que se integren en la pasta con cuidado de no machacarlas demasiado.

Forramos ligeramente un molde rectangular con mantequilla y vertemos la pasta. Por encima esparciremos el resto de frambuesas y aplastaremos suavemente con la espátula o con el exterior de una cuchara. Lo metemos el horno precalentado a 160º durante aproximadamente 45 minutos. Como cada horno es un mundo iremos controlando con un palillo de madera que esté bien hecho por dentro (lo sabremos cuando saquemos el palillo limpio).

Trascurrido el tiempo lo dejamos entibiar en una rejilla y espolvoreamos azúcar glas por encima (yo no tenía).

Café Montado

Hace tiempo que venía con esta idea en la cabeza. No es una genialidad, lo sé, pero me atraía soberanamente: si tomo café con nata montada ¿ por qué no tomar leche con «café montado»? Además, he de reconocer que el café au lait es de esas cosas que me chiflan pese a no tomarlo a menudo por la cafeína. Como decía, no es una genialidad pero no deja de resultarme curiosa la textura de la nata con el sabor ajeno del café.

Ingredientes:

  • 250 ml nata líquida
  • 2 cucharadas rasas de azúcar
  • 1 cucharada de café

En una cazuela calentamos ligeramente unos 100 ml de la nata. No hemos de calentarla, tan sólo entibiarla un poco. Añadiremos la cucharada de café y tras disolverlo lo pondremos en un recipiente adecuado (hondo) en el que agregaremos también el resto de nata y el azúcar. A partir de aquí, ya sólo queda batir hasta montar la nata.

En este caso yo opté por poner sólo una cucharada de café, me interesaba que el sabor del café estuviera presente pero de un modo sútil. Si se prefiere más fuerte basta con aumentar la cantidad.

Anticipo de otoño…

27 Jul

… o Strudel de Manzana.

Click en la foto para ver la web de origen

A principios de año deseaba con todas mis fuerzas que llegara la primavera, no como otras veces había deseado cansada ya de tanto frío, sino por necesidad. Quería colores y vitalidad en el aire; y todas esas nimiedades tan presentes en las estaciones de buen tiempo. Las necesitaba, y cosa curiosa, sentía que si en vez de primavera llegaba un otoño caería en una profunda desolación ¡yo que siempre había adorado el otoño! Sin lugar a dudas había cambiado algo en mí. Hoy, trascurridos muchos meses y muchos acontecimientos y reconciliaciones en el que es mi pequeño mundo particular, he descubierto para mi sorpresa que aún anhelo el otoño. Se diría que hace una eternidad que se marchó. Y hoy lo necesito más que a ninguna otra cosa. 

Esta es la primera vez que voy a postear una receta que aún no he elaborado yo misma. Estoy tan nostálgica y tan sumida en mi otoño de luces y atardeceres -pese a estar en pleno verano-,  que me viene a la mente un postre alemán/austríaco que probé hace tiempo. En su día no me atrajo mucho porque yo era más de chocolates y esas cosas,  pero recientemente encuentro que es de esas recetas sencillamente deliciosas. Además, ultimamente siento debilidad por la repostería tradicional, la de toda la vida, la que hacían las abuelitas (sean españolas, checas o austríacas). Hace que la cabeza se me llene recuerdos e ilusiones.

El strudel por lo visto es muy sencillo de hacer, no parece presentar dificultad alguna y las múltiples posibilidades que ofrece no tienen precio. A continuación pongo la tradicional o al menos la más extendida.

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Ingredientes:

  • 1 lámina de pasta filo u hojaldre (aprox. 250 gr)*
  • 150 gr azúcar moreno y un poco de blanquilla para espolvorear
  • 200 gr de manzana (si son de una variedad ácida como las Reineta o Granny Smith, mejor)
  • 1 cucharada de canela molida
  • 40 gr de pasas
  • 30 gr mantequilla
  • 3 cucharadas de pan rallado
  • 1 huevo batido

Preparación:

  1. En primer lugar ponemos las pasas en remojo, ya sea en agua o en vino dulce (personalmente por experiencia en otras recetas optaría por el vino).
  2. Estiramos la masa escogida sobre una superficie enharinada y la cubrimos con pan rallado. El pan rallado ayudará a absorber el jugo que desprenda el relleno cuando se esté cociendo.
  3. En un cuenco mezclamos las manzanas peladas y cortadas en láminas no muy finas, con el azúcar, la canela y las pasas ya escurridas. Cabe la posibilidad de añadir otros frutos secos como nueces, piñones, pasas corinto, pistachos…
  4. Cogemos el relleno y lo esparcimos sobre la masa. Derretimos la mantequilla y rociamos el relleno. También podemos añadir un chorrito de ron.
  5. Enrollamos la masa con cuidado de que no se nos desmonte a la par que vamos presionando suavemente con los dedos. Una vez enrollado pincelamos con el huevo batido.
  6. Espolvoreamos con el azúcar toda la superficie, también podemos añadirle por encima almendras troceadas. Introducimos en el horno precalentado a 180º y dejamos cocer hasta que la masa esté dorada, aproximadamente unos 30-40 min. Cuando esté hecho, dejamos enfriar un poco y espolvoreamos con azúcar (también puede ser azúcar glas) toda la superficie y salpicamos con almendras troceadas tostadas.

El Strduel tradicionalmente se sirve caliente, aunque está igual de rico frío. Sugiero acompañarlo con un poco de nata montada o una bola de helado…

Receta extraída de Gastronomía y Cía.

*Encontré  una recete para elaborar la masa. Cuando me anime ha elaborar el Strudel la pondré en práctica prescindiendo del hojaldre y la pasta filo, y la postearé.